A continuacion reproduzco el articulo de el Diario EL TIEMPO
Los 'rolos' en su salsa
Orquestas, bailarines, emisoras, coleccionistas y rumbeaderos forman parte de un sólido movimiento que comenzó en los años 70.
Tintineo de copas a la 1 y 23 minutos de la madrugada en los bares de la avenida Primero de Mayo. Hay agite en las aceras, hormigueo de trasnochadores, humo de ventorrillos, manoseo fugaz y vaho de alcohol y tabaco.
La rumba explota en cada puerta entre luces de neón. Saoko en la tumbadora... Lázaro Li en el omelé... Saoko...
En el número 61A-68, en el occidente de Bogotá, El Panteón de la Salsa se anuncia con un letrero color rojizo.
Adentro, en medio de la montonera, un mulato cincuentón desliza un par de zapatos blancos sobre la pista de cedro caqueteño pulido a mano. Tacón, punta, tacón... salto... giro... Saoko en la tumbadora... Lázaro Li...
Un cartel anuncia la presentación de bailarines para esta noche. Fernando y Venus, de la academia Afrolatina Salsa Show, del barrio San Fernando, saltan a la tarima pasada la una y media.
Suena La zafra, de Richie Ray. Fernando y Venus se desatan... acrobacias, saltos, malabarismo de pies y manos. El público abre los ojos y luego estalla en gritos y aplausos.
La montonera y el mulato de los zapatos blancos regresan luego a azotar pista... Yo soy Babalú... camino a Arará...
A tres cuadras de allí, siguiendo por la Primero de Mayo, al otro lado de la avenida Boyacá, ocurre un espectáculo similar.
En un segundo piso, truenan las congas y timbales en la taberna Del Puente Pa'allá, otro sitio para salseros puros que este sábado también anuncia 'show de medianoche'.
Lo mismo puede ocurrir en El Podium, Salsa Camará, Salomé-Pagana, Café y Libro... y más de 15 tabernas bogotanas que le rinden culto al género salsero de la llamada 'vieja guardia', es decir, del 80 para atrás... pasando por la Fania, hasta llegar al Trío Matamoros.
En estos lugares se refleja en buena parte el auge que ha tomado la salsa en Bogotá, hasta el punto de convertir a la mayor ciudad del país en una capital alterna a Cali, la histórica meca de la salsa en Colombia.
Algunas de las muestras más notables del afianzamiento de la salsa en Bogotá son el éxito de La 33, una banda nacida en el barrio Teusaquillo, y el quinto lugar logrado por los bailarines del barrio Quiroga, Uver Marroquín y Sandra Ríos, en el Campeonato Mundial Open de Salsa, realizado en septiembre pasado en Cali.
Para César Pagano, pionero del género antillano en Bogotá, la actual es la etapa de mayor solidez del movimiento salsero en estas tierras andinas, a 2.600 metros de altura sobre el Caribe.
La salsa arribó a Bogotá en los años 70 de la mano de personajes como el locutor barranquillero Miguel Granados Arjona, 'El viejo Mike', quizá, el más venerado de los padres de la salsa capitalina y quien aun sigue dando batalla en los micrófonos de Capital Radio, a pesar de sus ochenta y tantos años.
Luego aparecieron discotecas como Mozambique, del futbolista Senén Mosquera, La Gaite, El Palladium, El Tunjo de Oro y, en Soacha, la Caseta Internacional las Estrellas... sitios para bailadores. Puro swing, arrebato y hasta mala fama, porque -reconoce Pagano- la salsa era vista como una música marginal, de alborotadores y gente del bajo mundo.
Más tarde, intelectuales de izquierda, estudiosos de la salsa, académicos y, en general, gente de otros círculos sociales se congregaron alrededor de El Goce Pagano y, posteriormente, de Quiebra-Canto, atraídos por el sonido afroantillano y por las letras de las canciones, más cercanas a la cotidianidad y a los problemas de América Latina.
Siguaraya, Bilongo, Yambequé y Siboney... nombres caribeños que se incrustaron en las fachadas de Galerías, Chapinero y Restrepo con sus destellos de neón y su carga de guateque, boogaloo, panchanga, mambo y cha cha chá.
Así nació la rumba salsera de los años 70 en Bogotá, la misma que ahora revive en la sangre de nuevas generaciones, especialmente, en los hijos y nietos de aquellos rumberos de la 'vieja guardia', de los que iban a tirar paso a las pistas de La Jirafa Roja, El Escondite, La Montaña del Oso o Rumbaland.
Clases para azotar baldosa con 'swing'
Nueva Generación de Mambo y Cha cha chá es la mayor y más antigua academia de la ciudad. Sus bailarines han ganado durante 5 años consecutivos campeonatos distritales de salsa. Fue fundada hace 7 años por Edgar Estrada y tiene sedes en Kennedy, Techo y Chapinero. Por la pista de otra academia, Afrolatina Salsa Show, del barrio San Fernando, pasan en un año más de de cien alumnos. Afrolatina ha ganado en dos ocasiones en el Festival de Ritmos y Tradiciones Populares del Mundo, en Bogotá.También existe Swing y Sabor, de Uver y Sandra, y Salsa sin Límites. Además, en tabernas como Del Puente pa'allá (Primero de Mayo) y El Podium, en la calle 80, dictan clases a precios cómodos. Algunos destacados bailarines bogotanos también enseñan a domicilio.
De La 33 a la Bogotá All Star
La orquesta salsera más reconocida de Bogotá, La 33, ha hecho presentaciones exitosas en Europa y Cali. Su disco, La pantera mambo (que recupera el sonido de las orquestas de los años 70), está pegado en las mejores discotecas de Cali.
Al lado de La 33, conformada en el barrio Teusaquillo por músicos que vienen del rock, se abren paso unos 15 grupos de música afroantillana. En ese combo figuran, entre otros, El Sexteto Latino Moderno, La Bronx, La Banda, La Conmoción, Big Band, La Real Charanga, Charanga New York y Jam Block. Algunas de estas agrupaciones son integradas por ex alumnos de música de la Universidad Nacional y de la Academia Superior de Artes de Bogotá, Asab. Tienen tanto talento que ya se escuchan toques afortunados de la Bogo - Salsa All Star.
Emisoras, acetatos, videos y web
El locutor barranquillero Miguel Granados Arjona fue el primero en promocionar a la Sonora Matancera en emisoras bogotanas, hace unos 35 años.
Otro salsero que se mueve en el mundo de los discos es Hernando Gómez, de Aquitania (Boyacá). Es el dueño de Acetatos. compac que compite con Musiteca y el Palacio Musical en asuntos de acetatos, CDs y videos.
Gómez participa en programas radiales de estos ritmos, junto al investigador musical, Carlos Molano.
Desde Bogotá, además, se emite una buena dosis salsera a través de emisoras como Capital Radio, La Z y El Sol. En el ciberespacio también figuran sitios como Salsanama.net, Sonfonía y Mundosalsero.blogspot.com.
Uver y Sandra, de nivel mundial
Aunque en Bogotá existen bailarines de salsa desde los años 70, solo hasta ahora se ven unas cinco parejas que viven exclusivamente del baile. Existen también unos 20 o 30 dúos que combinan las presentaciones en tabernas con el estudio u otros trabajos. El mayor logro de los bailarines bogotanos fue el quinto lugar de Uver Marroquín y Sandra Ríos en el pasado Festival Mundial Salsa Open de Cali. También han figurado a nivel nacional, entre otros, Ingrid Lozano, Fernando Menjura, Katherin Estrada, Nicolás Carreño, Wilson Marín y Víctor Delgado.
JOSÉ NAVIA
EDITOR DE REPORTAJES DE EL TIEMPO